lunes, 21 de febrero de 2011

El embudo de la innovación

Este término, hace referencia al proceso que va desde la identificación de oportunidades para innovar, hasta el lanzamiento al mercado de aquellos productos o servicios, que han ido superando todos los filtros que hayamos establecido para avanzar a lo largo de las diferentes fases. Se utiliza la metáfora del embudo, ya que por su lado más ancho introducimos muchas ideas, de las cuales tan sólo unas pocas lograrán salir por el extremo más estrecho y terminar recorriendo el camino que separa a una idea de una realidad.
No existe un único modelo, y nuestro embudo puede tener tantas fases como consideremos apropiado. Se trata de un proceso "stage and gate". Después de cada fase llegamos a un punto en el que debemos decidir si las ideas siguen avanzando o son rechazadas. Basando esta decisión, en una serie de criterios que habrán sido establecidos con anterioridad. Un embudo típico podría contener la siguientes fases: identificación de oportunidades, generación de ideas, pre-desarrollo, desarrollo, test y lanzamiento. 
La fase de identificación de oportunidades es previa a la de generación de ideas y debe proveer a esta de inputs. Podemos buscar oportunidades tanto dentro como fuera de la organización, sin pretender ser exhaustivo algunos ejemplos serían, estudios de mercado, análisis de tendencias, buscar analogías de otros mercados, utilizar perfiles estratégicos para compararnos a nuestros competidores, identificar nuevos mercados en los que aprovechar nuestros recursos y capacidades o colaborar con centros de investigación. La siguiente etapa es la de la generación de ideas, en ella debemos usar técnicas que fomenten nuestro pensamiento divergente,y nuestra creatividad. Una de las más famosas es el brainstorming. Sea cual sea la técnica que utilicemos es fundamental no emitir juicios, debemos lograr que los participantes en esta sesión se sientan cómodos y seguros, para lanzar cuantas más  ideas  mejor, por descabelladas que estas puedan parecer. Según decía Albert Einstien, "Si una idea no es absurda al principio, entonces no merece la pena".  Lamentablemente, encontramos muchas organizaciones que no siguen este lema, lo que imposibilita cualquier innovación que no sea incremental.  En esta fase de divergencia, es recomendable proveer de cierto foco al equipo, acotando el marco de las ideas que deseamos obtener A partir de este momento iniciamos la fase convergente  y debemos empezar a analizar con cierto detalle las ideas que hayan sobrevivido la primera criba, introduciendo ya elementos de análisis más tangibles. La fase de pre-desarrollo se trata de una etapa intermedia antes de llegar al desarrollo exhaustivo de las ideas supervivientes, y en ella el nivel de detalle no será todavía muy exhaustivo. En el desarrollo, el estudio será mucho más concreto, y se pueden utilizar herramientas como el TRM (Technoloy Road Mapping), esta herramienta es válida para cualquier tipo de empresa, sea  o no de base tecnológica. Las ideas que pasen a la siguiente fase deben ser testadas, ya sea utilizando prototipos, focus groups, o realizando experimentos en el mercado, por ejemplo en áreas muy concretas, o con clientes muy específicos. Debemos estar seguros de que estamos a punto para pasar a la fase final y lanzar el producto al mercado.
Es importante dedicar cierto tiempo a establecer los criterios que utilizaremos para seleccionar ideas al final de cada fase, y decidir cuales pasan a la etapa siguiente. En las primeros estadios tendremos un gran número de ideas por lo que buscaremos la eficiencia. A medida que vayamos avanzando a lo largo del embudo, la exactitud y la precisión irán ganando relevancia. Pasaremos de criterios más subjetivos a criterios más objetivos. Estos pueden ser absolutos o relativos, es decir deben tener que superar ciertos niveles, o simplemente decidir que las mejores ideas pasen a la siguiente fase, sin establecer valores absolutos. Algunas empresas trabajan con varios horizontes a la vez, en función de la incertidumbre a la que se enfrenten. La incertidumbre viene dada por el mercado y por la tecnología. Para minimizarla, pueden trabajar con tres embudos diferentes, uno para cada horizonte, es decir, corto plazo, medio plazo y largo plazo. Si utilizamos medidas financieras demasiado pronto, debemos ser conscientes de que todas nuestras ideas corresponderán al horizonte uno, es decir a innovaciones incrementales. Lo que nos proporcionará un portafolio muy poco equilibrado, y antes o después sufriremos sus consecuencias.


2 comentarios:

  1. Interesante aporte Xavier. Es un enfoque bastante claro y la imagen del embudo ayuda a darle forma. Me parecen críticos, por un lado, los criterios iniciales de selección de las ideas, el "descremar" las ideas, pues el proceso de innovación debe ser coherente con el norte estratégico que la organización ha escogido.

    Otro elemento interesante que mencionas es el de valorar entre las distintas dimensiones temporales de los proyectos y poder superar el "escepticismo" analítico de corto plazo al que los financieros usualmente sometemos a los proyectos.

    ¡Gracias por tu aporte!

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  2. Bernal,

    Es muy interesante tu comentario acerca de la coherencia entre la estrategia y las nuevas ideas que puedan generarse en el seno de una organización. Escribiré pronto un post sobre esta temática, y estaré encantado de conocer tu opinión al respecto.

    Gracias por comentar.

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