lunes, 13 de mayo de 2013

4 aspectos clave del proceso de innovación


Tal como expuse en el post anterior, el proceso de innovación consta de tres fases: descubrimiento, implementación y comercialización. Cada una de ellas tiene objetivos diferentes, y requiere a la vez de habilidades específicas. Probablemente la primera de estas etapas, sea la más difícil de abordar con los enfoques tradicionales de la gestión empresarial, y la que está recibiendo más contribuciones procedentes de otras disciplinas como la antropología, la psicología y el diseño.

El proceso de innovación contiene altas dosis de incertidumbre y riesgo. Esto es especialmente cierto en la etapa de descubrimiento, a lo largo de la cual suele existir un enorme desconocimiento tanto de aspectos relacionados con el problema que se pretende resolver, como de aquellos que tienen que ver con la solución que deberá dar respuesta al mismo.

Por este motivo esta fase explora de manera alternativa el espacio del problema y el de la solución, de esta manera se pretende hallar la mejor conexión entre ambos elementos. Se trata de una fase en la que se pretende generar conocimiento para lograr el máximo aprendizaje posible antes de realizar las grandes inversiones y de haber apostado ya por una dirección concreta. 

Como ya he comentado en otras ocasiones, para la etapa de descubrimiento yo utilizo un modelo al que he llamado DOIT y que consta de cuatro modos, a través de las cuales se va iterando hasta lograr una solución que se considere adecuada para pasar a la fase de implementación. Los dos primeros modos, D y O, están  destinados a explorar el espacio del problema, mientras que los otros dos, I y T, tienen como función explorar las soluciones que puedan crear más valor.


Existen cuatro aspectos que de modo explícito o implícito están presentes a lo largo de la etapa de descubrimiento y que deben ser tenidos en cuenta en cualquier modelo diseñado para gestionarla esta parte inicial del proceso de innovación:
  • Comprensión del problema
  • Desarrollo de la solución
  • Alineamiento interno y externo
  • Legitimación de la solución
Comprensión del problema
Antes de empezar a pensar en una solución específica, es necesario comprender de manera profunda y amplia, cual es el problema al que se enfrenta el equipo de innovación. Sin problema, no hay solución. Para lograr este entendimiento, es fundamental conocer las  diversas áreas de influencia del problema central, así como sus implicaciones y los diferentes actores involucrados, prestando especial atención a sus contextos. Hay que tener en cuenta que diferentes perfiles, por ejemplo clientes finales y distribuidores, van a tener diferentes problemas y necesidades. 

Desarrollo de la solución:
A la hora de desarrollar la solución, existen dos actividades que actúan como fuerzas contrapuestas. Por un lado tenemos el perfeccionamiento de las ideas generadas. Esta fuerza impulsa al crecimiento de las ideas hasta convertirlas en conceptos y posteriormente, en soluciones a nivel de sistema. Este proceso de evolución de ideas a sistemas se produce tanto de manera formal como informal, y se asemeja más a una espiral que a un proceso lineal.

A continuación se explican brevemente los tres niveles de evolución:

1. Ideas: se trata de expresiones individuales y poco desarrolladas. Son la versión más simple de los elementos que más tarde conformarán una solución. Se obtienen como resultado de las primeras sesiones de ideación, y suelen quedar recogidas de manera poco detallada, a partir de una palabra, una frase o un esquema.

2. Conceptos: pueden ser ideas individuales con mayor nivel de detalle, o formarse a partir de la combinación de varias ideas. En cualquier caso, precisan de una mayor reflexión y deben incluir información más extensa de diversos aspectos: 
  • Descripción del concepto
  • Necesidad a la que da respuesta o problema que resuelve
  • Segmento de clientes a quien se dirige
  • Beneficios concretos que aporta para el cliente, la empresa y otras partes involucradas.
  • Elementos diferenciadores frente a conceptos similares ya existentes.
3. Sistemas: son soluciones holísticas que representan el final de la fase de descubrimiento y el inicio de la de implementación. Los conceptos más valiosos, se combinan entre ellos para formar sistemas de conceptos que se refuerzan los unos a los otros, creando sinergías y ofreciendo más valor. 


La otra fuerza tiene que ver con la evaluación y selección de ideas, lo que conlleva una reducción del numero de ellas que avanzarán a lo largo del proceso. Su finalidad es la de asegurar la idoneidad de las  ideas o conceptos que superen los filtros, de tal modo que sólo aquellas que cumplen los principios de diseño establecidos reciban la dedicación de recursos necesaria para su posterior evolución y perfeccionamiento. 

Alineamiento interno y externo:
La nueva solución debe estar alineada tanto interna como externamente. A nivel interno hay que tener en cuenta que los nuevos productos o servicios estén alineados con la estrategia de la empresa, y con sus capacidades actuales. Por lo tanto deberán tomarse las medidas adecuadas para asegurarse de que esto sucede.  Estas decisiones pueden significar la eliminación de conceptos o su venta a otras organizaciones, así como incorporar nuevas capacidades o colaborar con empresas externas.

A nivel externo la empresa debe asegurarse de que la nueva solución encaja con el entorno,  teniendo en cuenta a los competidores, las tecnologías existentes, las tendencias, y de manera especial si satisface las necesidades de los clientes o resuelve sus problemas. Cabe recordar que sea cual sea la solución, su alineamiento externo estará muy relacionada con el concepto de modelo de negocio, lo cual va más allá de mirar simplemente al producto o servicio que pretende lanzarse.

El proceso de innovación es en si mismo un mecanismo para asegurar que ambos alineamientos existen, al evaluar constantemente a la empresa en ambas dimensiones y tomar las decisiones oportunas en   cada situación. 

Legitimación de la solución:
La importancia de la legitimación viene dada por la necesidad de proteger el desarrollo de ciertos conceptos de diversos intereses políticos. Para llegar a la fase formal de implementación, las nuevas ideas  precisarán de la ayuda de personas que no estén involucradas de manera directa ni en su generación ni en su desarrollo. 

En caso de no abordar de manera correcta este aspecto, las empresas se enfrentan a dos posibles problemas, el primero de ellos es el de rechazar o ignorar ideas debido a una falta de legitimación. El segundo problema es que malas ideas reciban el apoyo de personas con poder en el seno de la organización, y se dediquen recursos a su desarrollo. 

De aquí la importancia de trabajar con equipos multidisciplinares, y establecer criterios y principios de diseño contra los que los diferentes conceptos deben ser evaluados, además de involucrar a los decisores a lo largo de todo el proyecto de innovación.