lunes, 21 de marzo de 2011

Design Thinking

Durante mucho tiempo, el rol de los diseñadores dentro del mundo empresarial, ha sido el de aportar un toque final más estético a los productos, convirtiéndolos en más atractivos visualmente. Sin embargo, en los últimos años este rol ha empezado a variar, y cada vez es más frecuente que su papel sea el de aportar ideas que satisfagan de manera más adecuada las necesidades de los clientes. Han pasado de desarrollar actividades que podríamos situar a un nivel táctico, a tener un papel estratégico en la creación de valor.

Es evidente, que los diseñadores tienen mucho más desarrolladas las habilidades relacionadas con el hemisferio derecho del cerebro que las personas que se han formado y han trabajado en entornos empresariales más convencionales. Estos últimos suelen tener comportamientos más analíticos, toman sus decisiones basándose en modelos y herramientas guiados por la racionalidad. Por el contrario los diseñadores enfocan los problemas con una caja de herramientas muy diferente, observan, hacen prototipos, experimentan y se mueven de manera iterativa entre las diferentes fases. Las empresas que sean capaces de combinar  y aprovechar las características de ambas personalidades, estarán en una situación de privilegio a la hora de enfrentarse a los retos del futuro.

El design thinking es un proceso centrado en el ser humano, que sitúa al usuario final de un producto o servicio en el centro del proceso de innovación. Para lograr esto, lo escucha y observa a través de métodos como la etnografía, así como experimentando lo que los clientes sienten al utilizar los productos. Al lograr una mayor empatía y comprensión de lo que los consumidores intentan resolver o realizar, las compañías pueden ofrecer soluciones más ajustadas a las necesidades de los usuarios finales. En realidad, es aconsejable ir incluso más allá, e incorporar a los clientes al proceso de creación de valor. Además de esta forma de colaboración, el design thinking implica también generar colaboración interna entre equipos multidisciplinares y entre los diferentes departamentos.

Esta manera de abordar la innovación, se apoya en otros principios como construir prototipos, utilizar técnicas de " storytelling", herramientas lo más visuales posible, y cualquier método que ayude a hacer tangibles las ideas. Una vez tenemos una idea lo suficientemente evolucionada, es básico experimentar y testarla antes de lanzarla al mercado. Durante todo este proceso se producen iteraciones, que nos hacen retroceder para corregir o variar elementos basados en suposiciones que han resultado no ser válidas. En definitiva debemos convertirnos en diseñadores, que a partir de un problema inicial logran diseñar una respuesta a medida del consumidor.

La innovación genera ventajas competitivas y  diferenciación, el design thinking genera innovación. Si la innovación es un nuevo encaje entre una solución y una necesidad, y asumimos que los diseñadores son especialistas en recorrer este camino, parece razonable pensar que debemos aprovechar  el modo en que  éstos logran a partir de la exposición de un problema inicial, diseñar una nueva respuesta más ajustada a las necesidades de los clientes.

Actualmente, estoy trabajando en un proyecto para desarrollar una metodología que integre elementos de lo que podríamos llamar consultoría tradicional, con elementos propios del "design thinking", con el propósito de lograr diseñar servicios con mayores garantías de éxito. Es por ello, que agradeceré cualquier sugerencia, referencia o comentario.


3 comentarios:

  1. Formamos con Julian Laperal de Valladolid un grupo denominado IdeAccion internacional, y a su vez podras leer en el sitio www.innovacion-sistematica.net varios temas relacionados con la innovacion de los modelos de Negocios.
    Dime luego si te sirven esta referencia. Oscar Isob- Argentina

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  2. Muy interesante y muy claro, también para no iniciados. Solo el final me parece un poco light, cuando hablas de tu proyecto y expresas tu para qué: "con el propósito de lograr diseñar servicios con mayores garantías de éxito". La mayor parte de los design thinkers que conozco, incluidos los procedentes de Stanford que acuñaron el término, declaran su compromiso por hacer una economía diferente, de escala humana. Personalmente, no concibo usar esta metodología si no es para una economía triple balance (people, planet and profit) para una sociedad más justa y sostenible.
    Espero que podamos compartir más a partir de ahora. Un abrazo

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    1. Hola Teresa,

      Gracias por tu comentario. A mi modo de ver, el Design Thinking es una metodología que permite resolver problemas, y generar soluciones que aporten nuevo valor. En ocasiones eso puede estar relacionado con el triple balance que comentas, pero no considero que sea una condición imprescindible ni el objetivo de todo proyecto en el que intervenga el Design Thinking, ya que existen problemáticas que no están relacionadas con ese aspecto. En todo caso, puede imponerse como una restricción más. Aunque si que es cierto que al utilizar esta metodología, en muchas ocasiones, suelen aparecer de manera espontánea elementos relacionados con la sostenibilidad.

      Un saludo.

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