lunes, 12 de mayo de 2014

Iterar o no iterar, esa es la cuestión.

Todo aquello que implica novedad, genera incertidumbre. Cuando además puede tener un impacto elevado, podemos hablar también de riesgo. La gestión de la incertidumbre y del riesgo es uno de los aspectos fundamentales de cualquier proyecto de innovación. El incremento de la aceleración de los cambios, así como la complejidad del entorno, ha hecho necesario buscar nuevos modos de desarrollar proyectos con niveles elevados de incertidumbre y riesgo, para los que los tradicionales métodos lineales no parecen ser la mejor opción.

Gran parte del conocimiento acumulado en la gestión de empresas desde la revolución industrial hasta finales del siglo XX, se ha generado en mercados en los que la demanda era superior a la oferta, a lo que hay que añadir grandes periodos de estabilidad económica, que hacían que el pasado fuese una buena fuente de información para realizar estimaciones futuras. 

Pese a que muchas escuelas de negocio hayan seguido hasta hace bien poco, o sigan todavía, enseñando los métodos de gestión propios de esos entornos, hoy vivimos en otra realidad. Los cambios son constantes, cada vez se acortan más los ciclos de vida, no sólo de los productos y servicios, sino que también de las empresas. Ante esta situación, han ido apareciendo nuevos métodos para gestionar la incertidumbre presente en los proyectos de innovación. 

Tradicionalmente los métodos para desarrollar nuevas soluciones se han presentado de manera lineal, como una sucesión de fases y puertas de control. En cada fase se realizan una serie de actividades que tienen como objetivo obtener cierta información, que posteriormente es presentada en las reuniones de control, y en base a la cual los responsables deciden si el proyecto avanza o es abandonado.


Uno de los métodos lineales más conocidos es el famoso "Stage-Gate", creado por Robert G. Cooper en la década de los 80 y utilizado por una gran cantidad de empresas de todo el mundo. No es el objetivo de esta entrada criticar este método, ni a otros similares, simplemente ponerlo en contexto. Se trata, en mi opinión, de un método  muy adecuado para aquellas situaciones en las que la incertidumbre es reducida, y la complejidad radica en la implementación, situación que se da en los siguientes casos:
  • proyectos de innovación incremental
  • proyectos en los que ya se ha decidido que solución se desea implementar (idealmente se habrán validado ya las suposiciones clave)
Para dar respuestas a aquellas situaciones que presentan mayores niveles de incertidumbre y riesgo, que no pueden ser reproducidos como procesos lineales, estamos asistiendo a la consolidación de métodos como el "Design Thinking" o el "Lean Startup", que introducen la incorporación de iteraciones como mecanismo para hacer evolucionar gradualmente las soluciones desarrolladas, incorporando a cada iteración información actualizada, a partir de la cual se vuelve a iniciar un nuevo ciclo. 

La incorporación de esta nueva información genera nuevos aprendizajes y colabora a reducir la incertidumbre, al tratar de validar las diferentes suposiciones clave, logrando con ello avanzar la aparición de problemas e imprevistos a las etapas iniciales del proyecto de innovación, lo cual puede ser la diferencia entre un proyecto exitoso y un proyecto fallido, debido a las ventajas que este hecho puede producir:

  • En las etapas iniciales se está en mejor disposición de influir en el resultado final e incorporar los nuevos aprendizajes, debido a que todavía no se han realizado grandes inversiones y los costes hundidos no representan una barrera.
  • El coste de resolver los imprevistos que aparecen aumenta de manera exponencial a medida que el proceso avanza y se tarda en identificarlos y solucionarlos. Cada cambio puede comportar una cascada de modificaciones y habrá que dedicar más recursos tanto humanos como financieros a salvar el proyecto a cualquier coste.
Según un interesante estudio realizado por Carlos Osorio y Aitziber Elola, una de las diferencias entre los proyectos de innovación exitosos y los fallidos, es el avance del momento de la aparición de la mayor parte de las  problemáticas en los primeros, respecto a los segundos. Según los autores, los casos exitosos se centran en recopilar información sobre los usuarios y sobre las posibles alternativas  de solución, mientras que los casos fallidos se centran más en adquirir información sobre las tecnologías disponibles para implementar la idea que fue aprobada para el desarrollo del proyecto.


Los casos fallidos pasan, rápidamente, al desarrollo conceptual de la idea original del proyecto, sin considerar de manera explícita y planificada el desarrollo de experimentos y el testeo de prototipos. De este modo, lo que no funciona queda en evidencia demasiado tarde, es decir después de haber realizado las grandes inversiones. Mientras que en los casos exitosos, los imprevistos se producen antes de las grandes inversiones, pudiéndose resolver con costes menores e invirtiendo posteriormente en un concepto que ha sido probado.

Pese a estos resultados, no puede afirmarse que los métodos iterativos sean más convenientes en cualquier situación. En mi opinión,e serán los niveles de incertidumbre y riesgo, respecto a los que el estudio comentado no hace ninguna referencia, los que determinarán cuales son los métodos más adecuados para cada caso. 

Hay que tener en cuenta que las iteraciones pueden implicar mayores periodos de tiempo y mayores costes de gestión, así que pese a sus enormes ventajas y a que personalmente soy muy partidario de incorporar iteraciones en los proyectos de innovación, se debe estar convencido de que son la opción más adecuada para cada proyecto. No existe una receta única que pueda aplicarse a cualquier proyecto de innovación, hay que tener también en cuenta que entre métodos totalmente lineales y métodos totalmente iterativos, existen situaciones intermedias.

Tal y como he comentado, soy partidario de integrar, en casi cualquier proyecto de innovación, algunas  iteraciones en las que tras identificar las suposiciones clave, se intente reducir su nivel de incertidumbre a través de ciclos que incluyan la construcción de prototipos, la realización de experimentos, y el posterior análisis de la información obtenida para tomar las decisiones que correspondan. Una vez se hayan validado los aspectos clave de las diferentes alternativas, es cuando puede ser más adecuado un método lineal para implementar la solución.  

Entradas relacionadas (para consultarlas puedes clicar encima del título):
Bibliografía:
Herstatt, Cornelius., Verworn, Birgit. (2001) The "fuzzy front end" of innovation
Osorio, Carlos., Elola, Aitziber. (2010) "Procesos de innovación:claves para su éxito o fracaso" Publicaciones Universidad de Deusto

4 comentarios:

  1. 99,99% de acuerdo con la importancia de realizar iteraciones para aprender y asegurar la mínima perdida y máximo beneficio, como no podía ser de otra manera.

    Sin embargo, reservo un 0.01% de la opción de No Iteración. ¿La razón? Porque hay proyectos donde la realización del prototipo es inevitablemente MUY costoso. Es cierto que hay posible prototipado de prototipado (no se si se podría decirlo así), pero nunca lo suficientemente válido (real) como para que nos permita sacar conclusiones e iterar el ciclo.

    En ocasiones es ya una discusión la de invertir o no en la realización del prototipado cuando se ve con claridad el modelo de negocio definido... pero sin interación (iteraciones), tampoco es posible validar un modelo...Qué dilema ¿no? De ahí que a veces (para ese 0,01%) la lógica de Lean Startup o de Desigh Thinking no parece del todo aplicable o al menos habría que hacer una interpretación o traducción del modelo de manera específica... o eso creo.

    Un saludo.

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    1. Hola Yuri,

      Es cierto que si lo que se pretende testar es el piloto para sacar conclusiones acerca de aspectos que requieren de un elevado nivel de fidelidad, en ciertas ocasiones puede ser muy costoso y tal vez sea imposible iterar en torno a él.
      Pero si lo que se pretende testar es o bien la necesidad o bien el concepto, los prototipos pueden ser mucho más sencillos, ya que no se requiere de grandes niveles de fidelidad, y en esas fases del proyecto si es posible iterar.

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  2. Hablando de porcentajes de acuerdo, así como ves, 100% de acuerdo con lo que dices: "No existe una receta única que pueda aplicarse a cualquier proyecto de innovación, hay que tener también en cuenta que entre métodos totalmente lineales y métodos totalmente iterativos, existen situaciones intermedias" ;-) Creo que muchos problemas están en esas experiencias donde ha tenido que ir por esas situaciones intermedias. Estaría genial dar con un modelo (o medelos) que sea un mix de la lógica Lean Startup / Desigh thinking y la lógica lineal ¿verdad? :-)

    Un saludo otra vez.

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  3. Yo estoy muy de acuerdo contigo. Creo que si lo que se pretende es responder a la pregunta "se debe construir?", es básico iterar, incluso si deseamos responder "se puede construir?". En ambos casos la incertidumbre es elevada , y relacionada a los riesgos de mercado y tecnológico respectivamente. Sin embargo, en otras situaciones puede que debido a que el nivel de novedad es menor, o a que una vez respondida la primera pregunta, se sabe como implementar la nueva solución, puede que las iteraciones no sean la mejor forma de proceder, o se precisen un número reducido de ellas. Recordemos que iterar tiene un coste.
    Respecto al tema de las situaciones intermedias, en unos meses aparecerá una guía de innovación de la que soy coautor
    y en la que se propone un método intermedio, en la etapa de descubrimiento (front-end en la literatura inglesa) el método es iterativo, mientras que en la de implementación es lineal. Si bien se deja muy claro que en ciertas ocasiones puede ser conveniente adoptar una de las situaciones extremas, en función del contexto de incertidumbre y riesgo de cada proyecto .Gracias por tus comentarios! un saludo.

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