La innovación requiere de capacidades específicas. Esto es algo que muchos directivos todavía prefieren pasar por alto. Sin embargo, algunos de los líderes innovadores más famosos y reconocidos lo tienen muy claro, y no dudan en manifestarlo abiertamente. Elon Musk fundador de Tesla, SpaceX y PayPal afirma que “siempre que sea posible, evita contratar a MBAs. Los programas de MBA no enseñan a crear empresas....en mis empresas, nuestro enfoque es que cuando contratamos a alguien con un MBA, lo hacemos a pesar del MBA, no debido a él...”.
Algo similar dice Scoot Cook fundador de Intuit: “Cuando personas con un MBA se incorporan a nuestro equipo, tenemos que formarlos de nuevo. Nada de lo que han aprendido les ayudará a tener éxito en el ámbito de la innovación”. Aceptando que ambas frases pueden sonar un tanto extremas, considero que hay bastante de cierto en ellas.
Los MBAs encarnan el management tradicional. Ese tipo de management se basa en desarrollar las capacidades de ejecución. Sin duda muy importantes para lograr la eficiencia y la excelencia operativa. Pero a la vez, muy distintas de las que se precisan para crear cosas nuevas. Por lo tanto, la innovación debe basarse en otro tipo de capacidades, al menos en las etapas iniciales.
La omisión permanente de la diferencia existente entre las capacidades necesarias para crear algo nuevo, y las necesarias para ejecutar de manera eficiente, explica en gran medida la dificultades que muchas empresas sufren, cuando pretenden incorporar la innovación, a menudo con calzador, en el día a día de sus empleados. En un entorno donde todo está pensado para lograr la eficiencia, no hay espacio para la innovación. Antes hay que preparar a las personas, y adecuar el entorno.
Las empresas ambidiestras, aquellas capaces de explotar el negocio actual, y a la vez explorar nuevas oportunidades, deben combinar las capacidades de ejecución con las capacidades de descubrimiento. Son estas últimas las que permiten a las personas establecer nuevas conexiones, a menudo a partir de elementos ya existentes, y crear nuevo valor. Y son también las capacidades de descubrimiento, las que permiten transitar por territorios repletos de incertidumbre.
Hace algunos años Apple popularizó el eslogan "piensa diferente". Algo que sin duda los directivos reclaman a menudo a sus colaboradores. Sin embrago, para pensar diferente, antes hay que actuar de manera diferente. Son precisamente los comportamientos basados en las capacidades de descubrimiento, los que tienen como resultado que se rompa la inercia cognitiva, y que las personas puedan finalmente pensar de manera diferente.
Es importante tener en cuenta que la habilidad de las personas para generar ideas innovadoras no es una función exclusiva del cerebro, también se trata de una función del comportamiento. Esta es una buena noticia para todos, porque significa que si cambiamos nuestros comportamientos, podemos aumentar nuestro impacto creativo.
En realidad se considera que alrededor de un treinta por ciento depende de la genética, mientras que el setenta por ciento restante, depende de nuestras experiencias. Es decir, se puede “entrenar” la capacidad de descubrimiento. Aunque para ello hay que hacer un esfuerzo específico y disciplinado.
Las capacidades de descubrimiento pueden agruparse de diferentes modos, aunque tal vez la mejor descripción de las mismas sea la que se detalla en una importante investigación, a la que ya dediqué hace unos años un post titulado “Las cinco habilidades de los innovadores”.
Esas cinco capacidades son la observación del mundo que nos rodea, la creación de redes para compartir ideas y conocimiento, la generación de preguntas que cuestionen el status quo, la experimentación para probar cosas nuevas, y finalmente la asociación de ideas para crear nuevos conceptos.
Deseo insistir en la importancia de tomar conciencia de que las capacidades de ejecución y las capacidades de descubrimiento son distintas. Ambas son necesarias. Sin embargo, las segundas no suelen trabajarse. Y las personas que dominan unas, no suelen dominar las otras, al menos no de manera natural. Aunque se puede llegar a lograr ese equilibrio a través de la práctica.
Pretender aplicar metodologías de innovación, como el Design Thinking, sin antes haber hecho una inmersión en esas capacidades, es comprar un billete para un fracaso casi seguro. Esto es algo que he aprendido de primera mano, y el motivo por el cual, cuando ahora un cliente me pide ayuda para innovar, lo primero que le recomiendo es disponer de un tiempo para "entrenar" a su equipo y mejorar las capacidades de descubrimiento.
Toda nuestra educación, y nuestra experiencia profesional, han estado marcadas por las capacidades de ejecución, lo que ha hecho que se nos fuesen atrofiando los músculos del descubrimiento. Es hora de poner remedio a este hecho. El mundo VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) en el que vivimos, reclama que las empresas dispongan de ambos tipos de capacidades.
Magnífico post, as usual, Xavi. Abzs
ResponderEliminarUn poco tarde, pero mil gracias Juanjo :)
EliminarImaginación como camino a la innovación, obvio y sencillo, pero magníficamente cierto.
ResponderEliminarMuchas gracias Mario. Como bien dices es obvio, pese a todo aún cuesta encontrar empresas que lo apliquen de manera sistemática.
EliminarTe felicito me hizo reflexionar en incluso compartir tu post varias veces entre amigos que justo están estudiando un MBA, "Pensar diferente" implica mas que eso.
ResponderEliminarMe quedo con las 5 habilidades de los innvovadores para aplicar en mi día a día.
Muchas gracias. Comentarios como el tuyo le dan sentido a escribir en el blog. Suerte en el desarrollo de esas habilidades.
EliminarHola Xavier, cuando dices de entrenar a las personas para desarrollar sus capacidades de descubrimiento. Que tipo de entrenamiento sugieres? Tienes algo estudiado sobre dicho aspecto?
ResponderEliminarGracias por pasar por aquí, y dejar tu comentario. En relación a tu pregunta, lo que suelo recomendar antes de iniciar una apuesta profunda por la innovación, es preparar a las personas en base a una serie de habilidades (las que aparecen en el post) y que están relacionadas con las actividades que deberán realizarse en varios momentos a lo largo del proceso de innovación. Para ello se plantea siempre una formación teórico-práctica, que enlace con el inicio de un proyecto de innovación. Es decir además de trabajar las habilidades, están se ponen en práctica con un proyecto real de innovación que la empresa desee iniciar.
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