La segunda parte de esta presentación se inicia, abordando la temática de donde identificar oportunidades para innovar. Especialmente interesantes me parecen el análisis de tendencias, que puede ayudar a disminuir la incertidumbre acerca de como será el futuro, y analizar los "insights" de los clientes. Esta información es clave para facilitar la labor de diseñar productos o servicios de manera mucho más empática.
En mi opinión, el mejor modo de analizar a los clientes es a través de la observación, utilizando técnicas etnográficas y analizando su comportamiento. Las empresas deben prestar más atención a ciertas disciplinas que a día de hoy le son demasiado ajenas, como por ejemplo las ciencias que estudian el comportamiento humano.
En la presentación se habla también de manera detallada de una metodología llamada "outcome-driven-innovation", cuya finalidad es descubrir las tareas que realmente desean resolver los clientes, y que medidas utilizan éstos para decidir si las soluciones satisfacen sus necesidades.
Cuando hablamos con nuestros clientes debemos ser cautelosos, o corremos el riesgo de terminar, en el mejor de los casos, con multitud de mejoras incrementales. En muchas ocasiones, los clientes no saben como articular sus necesidades, o al centrarse en ciertos aspectos, olvidan otros. Además si lo que pretendemos es innovar, es evidente que no podemos centrarnos en las soluciones, sino en las tareas que nuestros clientes quieren realizar o en los problemas que desean resolver.
No podemos pretender innovar sin haber realizado ninguna fase previa de investigación y análisis. Demasiado a menudo todavía, muchas decisiones de este tipo se toman en despachos alejados del mercado, y basadas en suposiciones no validadas. Esto convierte a la innovación en un juego de azar, cuando tenemos mecanismos para evitar esta situación. Incluso los directivos de las pequeñas empresas, deben empezar a abandonar la idea de que ellos no pueden realizar este tipo de investigaciones. Es vital que lo hagan.
A partir de este instante ya estamos en disposición de afrontar las diferentes fases del proceso de innovación. Éste lo iniciaremos con la generación de ideas, utilizando herramientas que fomenten nuestra creatividad. Debemos ser capaces de cuestionarnos cualquier cosa, desafiar el status quo y formularnos muchas preguntas. Debemos explotar el pensamiento abductivo.
Más tarde, iremos avanzando por diferentes fases para ir desarrollando estas ideas y seleccionando las mejores hasta llegar al mercado. Este proceso muchas veces se representa en modo de embudo. El número de fases y la interacción con el mundo exterior en las diferentes etapas, variará en cada empresa, y dependerá de una serie de circunstancias.
Más tarde, iremos avanzando por diferentes fases para ir desarrollando estas ideas y seleccionando las mejores hasta llegar al mercado. Este proceso muchas veces se representa en modo de embudo. El número de fases y la interacción con el mundo exterior en las diferentes etapas, variará en cada empresa, y dependerá de una serie de circunstancias.
La innovación es menos arriesgada y cara de lo que muchas empresas creen. Esto no significa para nada que sea sencillo. Es sin duda un proceso complejo, pero sus resultados bien merecen ese esfuerzo. Por eso, la última diapositiva de la presentación, es una invitación a emprender un viaje a nuevos y desconocidos territorios. Como cualquier otro viaje, seguro que nos enriquece y nos ayuda a crecer.
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